hagamos posible lo imposible

Escribo mi dolor mediante palabras, sangro cada frase.

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viernes, 27 de diciembre de 2013

Seguía siendo la misma, la misma chica, con el pelo largo, las uñas pintadas de color negro descascarilladas de tanto morderlas, seguía siendo nerviosa e inquieta, seguía hablando cuando no tenía que hablar y callando nunca. Pero en cambio no me sentía la misma, me sentía como si me hubiera tragado cientos de flores y en la ausencia de ellas en la naturaleza, todas las mariposas hubieran entrado en mi estómago y estuvieran bailando al son de la música de mi cabeza. Supongo que las flores habían llegado a través de sus labios y que los temblores de mi piel habían llegado a través de sus manos pasadas por mis mejillas. Científicamente, soy la misma, pues no hay un cambio visible en mi cuerpo, si no nombramos mi estúpida sonrisa y mis mejillas enrojecidas. No le encuentro ninguna explicación a que salga el vaho del frío de mi boca, y en cambio mi corazón parece que va a quemar todos mis órganos no trastocados. Definitivamente, el mundo se ha vuelto loco.

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